Entrevista a Bruno Morais

Bruno Morais, fotógrafo brasileño que presentará su serie Paletas en la segunda edición de SAN JOSÉ FOTO, habla entre otros temas, sobre el camino que recorrió hasta llegar a la fotografía, el concepto detrás del proyecto Paletas y el papel de la fotografía en discusiones vinculadas a la cuestión de género.

¿Cómo te convertiste en fotógrafo?
El camino fue transversal [risas] Yo ya sabía un poco de fotografía pero no lo tomaba muy en serio, sentía una cierta reticencia a la imagen. En la facultad de Educación Física comencé a participar en una compañía de Danza Folclórica que viajaba haciendo investigaciones por todo Brasil. Ellos tenían un archivo de fotografía que era mantenido por los miembros, pero en una época, quedó parado porque no había quien fotografiase. Surgió la idea de retomar ese archivo para que volviera a funcionar y yo acabé tomando la responsabilidad de hacer las fotos. Fue así que comencé.
La primera vez que vi las fotos que había hecho para la Compañía de Danza, sentí que había algo diferente allí, que expresaban más sobre mí que cualquier otra cosa que había hecho antes. De todas formas, no fue inmediatamente que decidí dejar todo para fotografiar. Me formé en Educación Física, continué dando clases, fui a estudiar a otra universidad y para ese momento,ya estaba determinado a vivir de la fotografía. Hace unos siete años que dejé todo lo que no tenía ninguna relación alguna con la fotografía.

 

¿Fue en esa época que surgió el Colectivo Pandilla?
Si. El Colectivo Pandilla fue fundado por mí (Bruno Morais), Léo Melo y Américo Junior. Crear el colectivo fue un cambio radical, quebró el paradigma de la fotografía como producción de una sola persona. Compartir el acto fotográfico fue muy importante para mí. El colectivo también redujo el nivel de egocentrismo, no existe más aquella frase de “mi foto”, es la foto de todos. En mucho trabajos ni usamos crédito individual en la imagen. En algunos, inclusive, compartimos la cámara, haciéndola circular entre los tres. Además, tenemos la característica de abordar el tema por la tangente. Hacer una fotografía no tan literal, ni explicativa. Nuestra relación es tan fuerte que además de las imágenes, pasamos a influenciarnos mucho como personas. Ya son seis años juntos y cuatro proyectos concluidos.

 

¿Puedes contarnos más sobre el trabajo Paletas que vas a presentar en SAN JOSÉ FOTO?
La idea surgió en una conversación de bar [risas]. Pasó una mujer por la calle que parecía salida de una pasarela. Ese hecho generó una discusión en la mesa sobre cómo la moda y sus tendencias emiten señales que llegan muy lejos. Poco tiempo después pasó otra mujer con una combinación bien distinta, entonces entramos en una nueva discusión de cómo las personas no aceptan pasivamente la moda, ellas también re-combinan y re-significan. En ese momento pensé que tal vez podía hacer un trabajo sobre eso y escogí fotografiar solo mujeres porque ellas acaban siendo el público de ese mercado de la moda. No solo como consumidoras, sino también como soportes de una estética femenina idealizada.

No quería hablar del asunto de una manera tan documental, pero sí llevarlo hacia un lugar más humorístico. Me gusta tratar algunos temas con ligereza. Creo que esa seriedad de la fotografía, sobre todo documental, puede alejar un poco a las personas de las discusiones. Están esas imágenes que de una manera te explican todo de una sola vez, sin dar posibilidades de argumentar en contra, o existen otras que se van por un lado muy conceptual y las personas no llegan a participar porque no entienden.
Entonces quería crear una imagen que despierte un debate sobre el tema, pero sin imponer una conclusión. Decidí que iban a ser retratos, hice algunas pruebas y llegué a ese formato con los colores de la paleta detrás de la persona. Después de tener definido el formato salí a la calle y abordaba a las personas diciendo que estaba haciendo un trabajo sobre moda. Para escoger a las retratadas, busco combinaciones que se salen un poco del patrón. Ya hice retratos de ese proyecto en Cuba, Quito, Río de Janeiro y en California, ¡pero el trabajo continúa!

El tema de la segunda edición del festival es Género. ¿Cuál crees que es el papel de la fotografía en esa discusión?
Creo que el papel de la fotografía en cualquier área es crear inestabilidad, es crear el balance y no colocar una opinión dura, cerrada. Ya sea en discusiones sobre género, sobre violencia policial, tema que estamos trabajando ahora con el colectivo, o cualquier otra. Creo que lo más rico para la fotografía es cuanto ella puede crear incertidumbre, duda, dejar a las personas curiosas. Creo que vivimos hace mucho tiempo esa dictadura de una imagen que quiere explicar todo de una vez y solo está alejando a las personas. Aunque todos estén fotografiando más, los veo más alejados de la fotografía, es una paradoja curiosa para mí.

 

Como fotógrafo, ¿Cuál es la importancia de los festivales para ti?
Para nosotros, los miembros del colectivo, la participación en esos eventos es todavía un proceso lento. Este año realmente fue más interesante porque entramos en FotoRio con una gran exposición colectiva en el Museo de Historia Nacional, junto a otros fotógrafos que ya están en el ambiente hace algún tiempo.
Este año tanto Américo como yo, también apostamos a mostrar más trabajos individuales y el hecho de haber sido elegido por Cristina para participar de SAN JOSÉ FOTO, es una experiencia riquísima. Frecuento festivales hace algunos años, y es siempre interesante, pero tener tu trabajo expuesto y poder debatir más con las personas sobre eso es muy enriquecedor y acaba proyectándote en dirección a otras posibilidades.

¿Cuáles son tus próximos trabajos?
El colectivo está pensando realizar un trabajo sobre Kosovo, ya que Brasil no lo reconoce como Estado, aún considerando a otros casos territoriales semejantes como Palestina, por ejemplo y como ellos vienen para los Juegos Olímpicos como una delegación independiente, pensamos en hacer un trabajo sobre esa contradicción, por el momento estamos trabajando en ideas para transformar eso en imagen.
También debo comenzar un proyecto sobre el Jogo do Bicho (una especie de lotería de Brasil) que es súper tradicional en Rio de Janeiro, una actividad que a pesar de ser ilegal, todavía es muy popular. Mi abuelo era adicto a ese juego, entonces viví de cerca esa realidad. Hace un tiempo comencé a juntar algunos pasajes aéreos, porque el número de vuelo es siempre una “milha” (secuencia de letras y números de las apuestas del juego), entonces estoy pensando hacer apuestas con esos números, vincular mi experiencia de estar viajando y el asunto del Jogo do Bicho, pero todavía estoy pensando en como hacerlo.

 

Tu también estás trabajando junto a Cristina de Middel, en un proyecto sobre la figura de Exu. ¿Puedes contarnos más sobre esa idea?
La segunda vez que ella estuvo aquí en Río de Janeiro realizando un trabajo sobre prostitución, participé en la producción en su proyecto y ella me comentó que quería conocer más sobre la religión, entonces acabé llevándola a una gira de Exu. Le gustó mucho y me preguntó más sobre esa figura, le expliqué un poco o que sabía y comenzamos a pensar sobre esa tradición que vino de África para acá. Estando en Haití ella vio algo también, una figura parecida. Entonces comenzamos a diseñar un proyecto sobre el camino de Exu viniendo de África, pasando por Río y yendo para Cuba y Haití.
Tengo un amigo que es investigador aquí y le hicimos la propuesta para que escriba un cuento que funcionara de guión para ilustrar esa historia. Ya hicimos algunas fotos en Cuba y estamos pensando en como continuar con el proyecto.

¿Pretendes desarrollar algún proyecto en Uruguay?
Quiero continuar haciendo algunos retratos de la serie Paletas. Me gusta siempre aprovechar bastante los viajes para desarrollar un proyecto. He leído muchas cosas y Uruguay tiene temas interesantes como la legalización de la marihuana, pero no me gusta mucho definir un proyecto, prefiero dar espacio a la vivencia que tenga allá y estoy seguro que el Festival de SAN JOSÉ FOTO va a ser maravilloso.